Todo empezó a principios del mes de agosto de 2017. Yo que tan sólo tenía 16 años; era un chico que le gustaba el atletismo y sin buscar nada más, nunca pensé que el amor iba a llegar hacía mí.

 

Después de unos días, estuve en la computadora de una tía durante alrededor de dos horas y media, cuando de repente había recibido un mensaje de un chico, su nombre es Guillermo, que en ese momento su edad era de 22 años. Él vive en el otro lado del país, vive en la ciudad de Cartagena y yo en Cúcuta (en la frontera con Venezuela). Después de unos minutos respondí el mensaje del chico, hasta que así se fue fluyendo la conversación y manteniendo un contacto increíble con él. Transcurridos los días, durante todo ese tiempo de hablarnos, nosotros decidimos hacer una video llamada, que pasó a desvelarse y hacer un poco ardiente, aprovechando el tiempo oportuno mientras me encontraba solo en casa.

 

Comenzando en el mes de septiembre, Guillermo y yo nos estábamos empezando a enamorar. Y así fue como mi corazón empezó a latir y abrir un deseo tan fuerte en él, volviendo a respirar mis sentimientos y mis más dotes latidos que encarnaba dentro de mi cuerpo, algo que no era normal para mí, pero sucedió.

 

Yo estaba tan feliz en ese momento ya con la llegada de mis cumpleaños, y ansioso planeaba celebrar mis cumpleaños con mis amigos. Guillermo, es un joven trabajador y atento, él decidió hacerme una sorpresa, algo que a mí me iba a poner muy feliz. Cuando llegué a casa, mi hermana me había prometido un celular por mis cumpleaños, así que me dijo que me fuera a bañar para irnos al centro. Cuando volví a casa, me alegré por tener un nuevo celular porque me facilitaba más el contacto con Guillermo. ¡¡Y no esperaba tanto para llamarlo!!

 

Ya había llegado el día de mis cumpleaños, cumplí 17 ¡ya casi todo un hombre! Yo estaba en mi colegio, cuando vi que no había ningún mensaje de él o alguna felicitación por parte de él. Yo al ver ningún mensaje de él, preferí salir y disfrutar de mis cumpleaños, pero, empecé a sentir como me desmoronaba por completo, y pensando que si Guillermo se había olvidado de mis cumpleaños.

En la noche que llegué a mi casa, encendí mi celular y escuché el sonido que hace mi celular cuando me llega un nuevo mensaje. Al asomarme, vi que era un mensaje de Guillermo, y tan molesto y triste le pregunté: "Por qué no me felicitaste? Fue lo único que salió de mi mente.

Alrededor de las 10 PM, ya listo para irme a dormir decidimos hablar por teléfono, donde Guillermo no aguantó las ganas de contarme que iba a venir a mi ciudad sólo a verme, para besarme y estar conmigo (me quedé callado pausadamente). Luego le pregunté qué si era algún tipo de broma, y él me respondió que no.

 

Guillermo llegó a Cúcuta a finales de octubre, él se quedó 5 días, ¡5 hermosos e inolvidables días! Hasta que por nos conocimos.

 

El apartamento en el cual nos quedamos, queda por 'Rancho y Leña', situada en Malecón.

Hablamos tanto que descubrimos que teníamos tantas cosas en común, comíamos y yo sólo me encargaba de que él con comiera algo de Cúcuta y el cual nos permitiera vivir hermosos momentos juntos. Pero, los días pasaban tan rápidos para Guillermo que ya necesitaba devolverse a su ciudad pronto. Yo estaba algo triste por dentro y varias veces se lo ocultaba, hasta que la última noche quise llorar frente a él, y él al verme llorar, me dijo que no llorara, que él "iba a venir".

 

Cuando llegó ese día, estaba en el colegio recuerdo que había un evento empresarial, y yo sólo miraba la hora para salir rápido, hasta que ya eran las 12, y varios amigos me habían invitado a que fuéramos al Unicentro. Pero mi mente sólo pensaba en él. Hasta que por fin ya era las 12 del medio día, y agarré rumbo donde él. Al llegar al apartamento, me senté al lado de él, y lo besé tan fuerte, era inevitable.  En la tarde fuimos a comer y cuando llegamos de nuevo allí, él estaba hablando con sus familiares y compañeros del trabajo que ya se iba a ir para allá.

Cuando llegamos a la estación de buses, yo me estaba sintiendo lo más solo e incompleto que una persona se pueda sentir; sentir que algo de mí se iba a ir por completo y sin saber hasta cuando nos volveríamos a ver de nuevo... Pero Guillermo me hizo una promesa "vamos a durar mucho"

 

Pasó un mes después, cuando nuestra relación se estaba desmoronando demasiado, y yo sin darme cuenta, estaba perdiendo a la persona que quería mucho. Todo se estaba empeorando cada día más y la confianza se estaba convirtiendo en desconfianza.

 

El 15 de noviembre, Guillermo decidió terminar la relación por el hecho de la distancia. Pero él ya se estaba conociendo con otro chico. Yo, dolido acepte nuestra ruptura y actuando maduro y valientemente me despedí de él, de las promesas que quería que un día hubiese llegado a cumplirse, pero dejaron de serlo para los dos.

 

«cómo dice el dicho: “Todo lo que viento trae incierta mente, algún día se lo llevará”»

 

Fueron 2 años que para mí fueron muy duro de superar y lleno de insomnio, porque sólo vivía pensándolo y no sabía cómo poder olvidarlo. Pero me di cuenta que para encontrar a alguien que tanto queremos para nosotros, primero debemos aceptarnos y querernos a nosotros mismos para aceptar y querer a los demás tal y como son.

 

Nunca me arrepiento de lo que fue de nosotros, al menos sentí que pude ser muy feliz por esos momentos y una experiencia que jamás olvidaré. Fui muy agradecido con él, pero cuando las cosas no se dan, no se dan. Así que fue la mejor manera en la que los dos tomáramos caminos diferentes y lejos de nuestras vistas.

 

 

¡Gracias!